#17. Hábitos 🔨
Siembra un pensamiento y cosecharás una acción. Siembra una acción y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás tu carácter. Siembra tu carácter y cosecharás tu destino
¡Feliz 2023!
Ya sabemos que los inicios de año siempre suelen ir acompañados de nuevos propósitos. De cambios que deseamos implementar en nuestra vida. De rutinas.
Pero… ¿Qué suele pasar? Que llegamos a final de Enero, y la motivación con la que habíamos empezado se ha desvanecido.
Y otro año más con la misma historia.
Por eso, vamos a dejarnos de tanto propósito y vamos a empezar a crear hábitos que nos ayuden a conseguir aquello que deseamos.
¡Dentro tema!
Todo es empezar
No pienses en la gran meta que quieres conseguir. Si, por ejemplo, quieres mejorar tus hábitos alimenticios, no empieces elaborando todo el menú semanal que has de seguir a rajatabla. Es muy probable que te acabes agobiando y lo dejes.
Mejor empieza modificando una de tus comidas diarias, aquella que más fácil te sea. Una vez lo consigas instaurar, vamos a por la siguiente.
No se trata de caer en el “todo o nada”.
La diferencia que puede causar un 1%
No podemos subestimar el poder de pequeños cambios sostenidos en el tiempo.
Tendemos a pensar que nuestra vida está marcada por varios hitos diferenciales, cuando la realidad es que casi la totalidad de nuestras acciones se producen por interés compuesto.
Ya sea para bien, o para mal.
Un ejemplo personal: hoy en día, me falta tiempo para hacer ejercicio. No me da la vida para mantener el ritmo que llevaba. Pero eso no implica que no haga nada para remediarlo.
Cada mañana hago 10-15 minutos de entrenamiento, repartidos con varios ejercicios diversos (flexiones, abdominales, sentadillas…). Suelo hacer 3 series de 15 repeticiones de cada ejercicio. Un total de 45.
A lo largo del año, eso se traduce en más de 16000 repeticiones de cada ejercicio.
No sé tú, pero el hecho de visualizar 16000 flexiones hace que me tiemblen los brazos.
Una explicación sencilla
Y sí, te entiendo. Establecer un hábito es difícil. Si fuera fácil, todo el mundo tendría cuerpos esculturales, serían adalides de la productividad y solo se comerían una pizza al mes.
Pero el mundo real no es así.
Establecer un hábito requiere fuerza de voluntad y sacrificio. Requiere realizar una acción que, a priori, no te aporta nada en el presente, apostando a que en el futuro sí que lo hará.
Con los hábitos nocivos pasa al revés. Pasar 1 hora al día mirando Instagram es relativamente fácil. Pedir comida a domicilio cada vez que no te apetece cocinar, también.
La razón es sencilla. Nuestro cerebro desea una recompensa inmediata, y oculta las consecuencias futuras que eso puede conllevar.
No romper la cadena
Hay días que darás el 100%. Otros, el 60%. Y otros, el 5%.
Cuando te decía, un par de apartados atrás, que no hay día en el que no haga ejercicio, es la verdad. Aunque es una verdad a medias.
Hay días en los que no me encuentro del todo bien. O que, simplemente, no me apetece.
Es en esos días en los que hay que cumplir, sí o sí. Aunque no sea al 100%. Aunque solo sea una serie de 10 repeticiones, toca cumplir.
Una vez interiorizas esto, fallar se hace mucho más difícil.
Ajustes constantes
Crear un hábito requiere disciplina. Tiempo. Paciencia.
No podemos pretender hacerlo perfecto la primera vez. Si piensas así, oh, boy, me temo que tengo malas noticias.
Acepta que te va a costar. Que al principio no disfrutarás, pero aprenderás a hacerlo.
Como casi siempre, no es hasta que echas la vista atrás y unes todos los puntos que todo cobra sentido.
No lo dejes ahora
Habrán momentos en que querrás dejarlo. Lógico y normal. Y si al final acabas cediendo, pues es lo que hay, amigo.
Es una pena, sí, pero no es el fin del mundo.
Pese a ello, es necesario que conozcas un concepto que James Clear expone en su archiconocido libro “Hábitos atómicos”.
Se trata de la meseta del potencial latente.
Casi siempre tendemos a pensar que el progreso será lineal, que si hacemos algo repetidamente acabaremos consiguiendo los resultados que esperamos.
La verdad es que, normalmente, suelen tardar más de lo que deseamos.
Pero una vez pasas esa meseta, el progreso suele ser exponencial.
Reflexión semanal ✏️
Hoy no hay un aprendizaje como tal. Pero hay una buena razón para ello.
Hoy os quiero hacer protagonistas a vosotros.
En primer lugar, porque me gustaría informaros que tras varias peticiones, ya estoy trabajando en crear el mejor curso y comunidad para enseñaros todo lo que sé sobre comunicación visual.
Cómo generar ideas, cómo plasmarlas, cómo crear una audiencia en torno a esta… En definitiva, todo lo que yo he aprendido (y sigo aprendiendo).
Será un curso teórico y práctico, complementado por el acceso a una comunidad en la cual podréis compartir vuestro progreso y así podré daros feedback directo. Los inicios son siempre difíciles, y tener esa ayuda externa que te permite ver si vas por el buen camino es crucial. Lo digo con conocimiento de causa y experiencia propia.
Dicho esto, y pese a tener bien claro todo lo que cubrirá el curso, me ayudaría enormemente que me hicierais llegar vuestras principales dudas, miedos o barreras que os hacen pensar que esto no es para vosotros.
Quiero crear el curso de habla hispana más completo posible, y empezar a construir una comunidad de comunicadores visuales.
Pero eso no es todo.
Si no se tuerce nada, a lo largo de los próximos meses tendréis otra gran sorpresa.
Se trata de una colaboración muy especial. Una colaboración con una de las personas que más admiro y que, sin duda, más ha contribuido a mi desarrollo personal.
Y hasta aquí puedo leer.
Me encanto el escrito!! ya no veo la hora de que salga el curso!!
👏👏 esperando a que salga es curso