¡Hola hola!
En la edición de esta semana, retomamos uno de los temas que más buena acogida ha tenido. Y con razón.
Ser capaz de eliminar hábitos nocivos y, a su vez, crear otros beneficiosos es una de esas cosas con el potencial de cambiarte la vida para bien.
Deja de buscar atajos y trucos.
Los hábitos son el vehículo que te ayudará a llegar a aquello que te propones.
Por mi parte, otra semana al pie del cañón. Otra semana que seguimos escribiendo y creando ideas visuales para haceros reflexionar.
No sé si ya he creado el hábito, pero estamos muy cerca 😉.
¡Al lío!
Fases de los hábitos
Una de las ideas principales que podemos extraer del libro Hábitos atómicos (el cual recomiendo encarecidamente) trata de las fases por las que pasamos a la hora de desarrollar hábitos (aplicable tanto a los positivos como a los negativos).
Todo empieza con una señal. Un estímulo. Algo que capta nuestra atención.
Esa señal despierta algo en nosotros. Curiosidad. Anhelo. Se nos instala un runrún en nuestra cabeza que nos dificulta pensar en otra cosa.
Ese anhelo nos impulsará a actuar, a dar una respuesta.
Y esa respuesta, obviamente, espera que derive en una recompensa, lo cual justifica nuestras acciones previas y nos incita a hacerlo de nuevo.
El ejemplo que he ilustrado es uno por el que pasamos decenas, o cientos de veces al día.
En este caso… creo que queda bastante claro cómo podríamos romperlo, ¿no?
Eliminando o limitando las notificaciones. Si no hay señal, el anhelo es mucho más difícil que surja.
Todo lleva su tiempo
Una de las principales razones por las cuales cuesta cultivar y mantener hábitos positivos es sencilla de explicar.
Esperamos que nuestros esfuerzos den resultados inmediatos, y eso rara vez es así.
Nada que valga la pena se construye en un par de días.
La constancia es una habilidad muy infravalorada.
Empieza por lo más sencillo
Esto puede parecer una obviedad, pero hace falta decirlo.
Más que nada, porque yo he sido víctima de este error una infinidad de veces.
Cuando nos planteamos conseguir algo, siempre pensamos en el resultado final. La gran meta que queremos conseguir.
Y esa es una receta maravillosa para tirar la toalla el segundo día.
Si tu objetivo es correr una maratón pero vienes de no hacer nada de ejercicio en los últimos 4 años, acepta mi consejo. No intentes correr 10 km el primer día.
Es un objetivo muy honorable, sí. Pero en el mejor de los casos, te quedarás a la mitad y te pasarás los siguientes días postrado en el sofá, recuperándote de las agujetas.
Piensa en la acción mínima viable y ejecútala. Consolida esta como un hábito que no puedes permitirte fallar, y ves acercándote cada día a aquello que pretendes conseguir.
Pequeñas acciones
Ya he comentado alguna vez mi rutina de ejercicio actual.
Cada mañana, sin falta, hago tres series de varios ejercicios variados. Sentadillas, flexiones, dominadas, curl de bíceps…
¿Voy a ser el próximo Míster Universo? Probablemente no.
Pero con mi situación actual, mejor eso que lamentarme y no hacer nada.
He conseguido establecer esta rutina, la cual me lleva unos 10-15 minutos, y te aseguro que mantenida lo suficiente en el tiempo, me reporta grandes resultados.
30 repeticiones al día suponen casi 1000 de cada ejercicio a lo largo de un mes. Ya me dirás si hacer eso es mejor que nada.
Motivación, sí. Pero yo me quedo con la disciplina
Que levante la mano quien empezó algo con toda la ilusión del mundo, y lo acabó dejando a la semana y media.
Todos conocemos esa sensación.
“¡Esta vez, sí que sí!”. Pero no.
Ese es uno de los principales problemas de intentar cambiar algo en nuestra vida en base a explosiones momentáneas de motivación. Que una vez las circunstancias no acompañan, se pincha el globo y volvemos al punto de partida.
Deja de depender de la motivación y centra tus esfuerzos en crear un sistema sólido y fácil de seguir que te permita avanzar, lenta pero firmemente.
Reflexión final ✏️
Hoy me toca insistir en lo que ya os comenté la semana pasada.
No quiero que a nadie le pille por desprevenido (aunque sé que es inevitable y más de un despistado se sorprenderá).
Esta es una de las últimas ediciones semanales de Ideas Visuales.
Si mis cálculos no fallan, solo habrán dos ediciones más. Puede que 3, porque hay una sorpresilla guardada. Ya veremos.
A partir de entonces, tendréis vuestra dosis diaria.
Una idea visual, una reflexión por día.
En lo relativo al curso de comunicación visual, todo sigue según lo previsto. En breves lanzaré la preventa, para que todos aquellos interesados puedan beneficiarse de un precio especial de lanzamiento.
Me hace una ilusión tremenda poder enseñaros una habilidad que me está cambiando la vida, y que aspiro que haga lo mismo con todos vosotros.
La comunicación visual es un mercado que está tan en pañales que considero prácticamente imposible que no rentabilicéis la inversión, ya sea implementándola a vuestra propia marca personal y diferenciándoos de vuestra competencia, como vendiendo vuestros servicios como comunicadores visuales a otros.
Do you have an English version/page?
Necesitaba leer esto a comienzo de año, pero que alegría leerlo ya terminando el mes de Enero, me considero una persona súper impaciente pero siempre motivada en hacer las cosas, me identifiqué mi jo con tu lectura, que lindo encontrar este espacio🥺🥹🫶🏽✨