¡Hola hola! 👋
Son las 06:30h de un sábado y aquí me tienes. Escribiendo estas palabras para cumplir con mi edición semanal.
Pese a ello, una vocecilla en mi interior me dice que he vuelto a fallar a mi palabra. He vuelto a fliparme. Os dije que semana sí, semana no, os traería un resumen de las mejores ideas del libro que me estuviera leyendo.
La semana pasada no me dio la vida, y esta resulta que tampoco.
Pero… ¿sabes qué?
Que estoy hasta feliz de que así sea.
Espera, espera. Que me explico.
El libro en el que me hallo inmerso es 4000 semanas, de Oliver Burkeman. Y es el culpable de que esté viendo las cosas de otra forma.
Hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba tanto un libro, y ya no solo por el hecho de que este sea una delicia, sino porque hasta un acto de placer, como debería ser el de la lectura, se ha acabado convirtiendo en una medida de productividad para muchos.
Supongo que ando un tanto sesgado por haber experimentado algo cercano al burnout a lo largo de estos últimos meses, pero cada vez son más las personas que veo a mi alrededor (sobre todo en este mundillo online) que se bajan de la vida. Que deciden que este ritmo basado en la hiperproductividad no es para ellos (¿acaso es para alguien?) y se ven forzados a bajar unas marchas con tal de ser felices y volver a disfrutar de lo que hacen.
Si llevas un tiempo por aquí, sabrás que ese ha sido mi caso. Y ha sido una sensación tan fea que desde que la viví me prometí no volver a experimentarla.
Y para ello, tocaba aprender a priorizar, algo de lo que hablaremos hoy.
Dicho esto, ¡vamos al lío!
Haciendo malabares
Igual ya has visto esta metáfora en alguna otra ocasión, pero me la voy a apropiar.
La ilustración de arriba representa mi estado actual.
Mi vida (y la de todos) es un juego de malabares en el que has de decidir cuáles de tus pelotas son de cristal y cuáles de goma.
Las de cristal son aquellas que no puedes dejar caer en ningún momento.
A día de hoy, las mías las tengo claras.
El bienestar propio y de mi familia van en primer lugar
La salud, tanto física como mental, son otros de los dos pilares que nunca pueden caer (y que en el pasado dejé que cayeran)
Estoy seguro que las de goma pueden generar controversia, pero recuerda que esta es mi representación.
Habrá gente para la cual el trabajo es una bola de cristal. Para mí, por suerte, no es el caso.
Y ojo, no es que no necesite trabajar porque pueda vivir del aire.
Como casi todo el mundo, he de cumplir con unas funciones y unos horarios, pero por suerte se adecuan a mi vida.
Este proyecto, Ideas visuales, ha sido una bola de cristal durante mucho tiempo. Le he dedicado una cantidad ingente de horas y energía, y estoy muy contento con cómo ha ido evolucionando y lo que me ha reportado, tanto a nivel personal como económico.
Pero llegó un punto en el que tuve que dejar caer esa bola y darme espacio para otras más importantes.
Por suerte, ahora la veo como una goma de bola, la cual puedo permitir que caiga y recogerla una vez se han estabilizado las otras.
Escoge bien tus batallas diarias
Estoy seguro que tienes una lista de tareas pendientes kilométrica.
Pondría la mano en el fuego a que incluso le asignas un orden de prioridad.
Y no digo que esto esté mal. La organización es necesaria, pero hasta cierto punto.
He vivido gran parte de mi vida obsesionado con hacer.
Con acabar una tarea solo para poder saltar a la siguiente, hacer check ✅ en mi lista y avanzar.
Y el problema está en que haces una cosa, miras tu lista de pendientes y te vienes abajo.
Sé consciente de tus limitaciones. Márcate un objetivo, sí, pero un objetivo factible, realista y sostenible.
No caigas en la trampa de la productividad, porque siempre habrán más cosas que hacer.
Prioriza el presente
Este es el pensamiento que más fuerza toma en mi cabeza a día de hoy.
Ideas Visuales nació como un hobby, a la par que mi hija Lucía.
Mi primera ilustración fue publicada el 4 de Diciembre de 2021. Lucía nació 26 días más tarde.
Se podría decir que mis dos grandes proyectos vitales han ido de la mano, y aspiro a que Ideas Visuales acabe convirtiéndose en un proyecto que me permita vivir de ello, dejar mi trabajo y así poder disfrutar más aún de mi tiempo en familia.
En el proceso han habido momentos en los que he sacrificado momentos en el presente por una hipotética mejor vida futura.
Sin ir más lejos, en el lanzamiento de la primera edición de mi curso sobre comunicación visual, me tocó renunciar a una escapada de fin de semana por haberme comprometido a tenerlo listo.
Mientras mi mujer y mi hija disfrutaban de un fin de semana de camping sin su padre, yo le dediqué más de 30 horas de trabajo en un par de días para que el curso estuviera listo.
En ese lanzamiento facturé 15000€, una absoluta locura para alguien al que eso le suponen varias nóminas de su trabajo “normal”, pero aún así, recuerdo que no me sentía feliz por cómo se había desarrollado todo.
Ese fue el momento en el que decidí que eso no podía seguir así.
¿Pensar en el futuro?
Sí, pero no a cualquier precio en el presente.
✏ Consejitos de la semana
He formado a decenas de alumnos en la anterior edición, y la principal objeción que tenían antes de aprender a crear ideas visuales era una cuestión de mentalidad.
A día de hoy, muchos de ellos han hecho de la comunicación visual una parte importante de su marca, y todo por haber dado esos primeros pasos y derrotar esas objeciones.
Por eso en los primeros compases del curso me centro principalmente en eso: en derribar barreras mentales.
"Es que yo no soy lo suficientemente artístico o creativo para aprender comunicación visual".
La comunicación visual es una habilidad como cualquier otra. Con práctica, se puede aprender y desarrollar, y verás que no necesitas tantos recursos como pensabas.
"Es que no tengo tiempo para aprender comunicación visual"
De igual forma que no aprenderás a bailar bachata en un par de clases, no pretendas aprender todo en un par de semanas.
Cualquier habilidad nueva requiere tiempo, esfuerzo y, sobre todo, práctica.
"No tengo las herramientas para ello"
No las necesitas. Disponer de mejores herramientas te puede facilitar el proceso, pero no es para nada determinante.
Existen muchas herramientas gratuitas con una curva de aprendizaje muy baja que te permitirán ir de 0 a 80 en pocos días de práctica.
BONUS. "¿En serio te pagan por hacer dibujitos?"
De vez en cuando recibo esta pregunta inocente, sobre todo por parte de gente de mi entorno que ha visto el proceso desde 0.
La respuesta es siempre la misma.
No. No me pagan por los dibujitos.
Me pagan por el proceso detrás de ese dibujito. Por saber sintetizar la información que ellos me dan y presentársela en un formato atractivo y eficaz.
Por poner un ejemplo del “mundo real”, tú no le pagas a un carpintero 200€ por que apriete un tornillo. Le estás pagando por saber qué tornillo apretar. Por sus conocimientos.
En mi caso, me contratan para resolver un problema.
Para encontrar una forma de representar su mensaje de forma gráfica.
Esta semana se cumplirá un año del lanzamiento de la primera edición de Ideas Visuales.
Y quiero tener lista la segunda edición a lo largo de este mes. Así que con tal de hacer honor a esta edición, toca priorizar ;-).
A ver si lo consigo. Espero traeros noticias pronto.
Como siempre, agradecería un montón que me mostraras que te ha gustado ya sea con un comentario, un ❤️ o, sobre todo, compartiéndolo con tus seres queridos.
Por último…
La comunicación visual puede aprenderse. De verdad. Si quieres saber cómo, echa un ojo aquí. Una formación y una comunidad en la cual poder compartir tus creaciones y recibir feedback para seguir mejorando.
Para cualquier consulta, me tienes a un mail de distancia en hola@alexmaese.com.
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Un abrazo y feliz fin de semana,
Ayyyy es como si me hubieras hablando directamente a mi. Como siempre, un placer leer (y ver) tu newsletter.
Otra edición donde has atacado mucho de mis puntos de dolores actuales. Seguro que la imagen del monigote haciendo malabares te la cojo en algún momento porque me siento tal cual haciendo malabares con todas mis bolas 🤣🤣
Muy atento a ese lanzamiento que está preparando. Seguro que va genial Alex.
Ánimo que los lanzamientos son duros.