¡Hola hola 👋!
La edición de hoy quiero que sirva como recordatorio para aquellos que ya no están, pero que de una forma u otra permanecen con nosotros.
Hazme (y hazte) un favor.
Desconecta de aquello que te preocupa ahora mismo y dedica un minuto a pensar en aquella persona que te gustaría que estuviera de nuevo contigo. Dedícale unas palabras.
Hace unos días se cumplieron dos años desde que se fue una de las personas más importantes de mi vida, a la tierna edad de 94 años.
Una persona a la que le debo gran parte de lo que soy hoy en día, y cuyo amor y cariño inundó a cientos de personas.
Recuerdo con especial cariño cómo en su despedida, en un momento en el que asumimos que hemos de estar tristes, yo solo podía sentir gratitud y alegría.
Llevaba meses preparándome mentalmente para ese momento, y logré convertir la tristeza por no volver a ver a mi abuela, en gratitud por haber disfrutado de su compañía y cariño durante más de 30 años.
Desde entonces, intento practicarlo más a menudo.
No soy un ser de luz, y hay veces en las que el lado emocional sale vencedor, pero cada vez controlo más esa parte primitiva.
Si te paras a pensar, son muchas las situaciones que vives en el día a día en las cuales puedes implementar este cambio de perspectiva.
¿Hay un atasco en la carretera?
Tienes dos opciones.
O te cabreas como un mono, o piensas que es lo que hay y pasas a disfrutar de un capítulo de tu podcast favorito.
¿Llevas 1 hora intentando dormir a tu hija y no hay manera?
Pues agradeces el estar disfrutando de su presencia durante ese rato.
No, en esa situación no hay gratitud que valga y está justificado que te acabes cagando en todo 😂. (Espero que no se note demasiado que es algo que me toca vivir de vez en cuando).
Lo siento Alex , mi abuela acaba de cumplir esa misma edad y siento eso que comentas. Sus enseñanzas son Oro puro