¡Hola hola! 👋
Por aquí estamos, otra semana más.
Y no os voy a mentir. La edición de esta semana la saco pura y llanamente por compromiso con uno mismo y por disciplina.
Tal y como os decía en la edición de la semana pasada, esta es una de esas ocasiones en las que o tiro de disciplina o si hubiera dependido de la motivación, hoy no estaríais recibiendo esta edición. Os lo puedo asegurar.
Ha sido una semana arrolladora y he ido justo de tiempo y fuerzas.
Supongo que más de uno/a sabéis de que os hablo.
En la edición de hoy os dejaré varias ideas visuales elaboradas a partir de conceptos que aparecen en el archiconocido libro Hábitos atómicos.
Los uso a menudo como recordatorio y, especialmente en el proceso en el que me hallo inmerso (vuelta al ruedo de la creación de contenido), he tenido que recordar cómo instaurar un hábito de nuevo.
Dicho esto, os dejo por aquí algunas reflexiones.
Espero que las disfrutéis y os sean útiles.
¡Al lío!
Un poquito es mejor que nada
Aplicándolo a mi caso en particular, soy consciente de que a veces haré ediciones de mierda (para mis estándares) y a veces crearé ediciones mejores.
Todo dependerá de varios factores: tiempo, estado de ánimo, material que haya consumido durante la semana…
Lo que sí tengo claro es que sea como sea, al menos durante los primeras semanas, os quiero traer algo sí o sí.
Una vez tenga el hábito de la escritura y la creación de ideas visuales instaurado, me podré permitir un descanso de vez en cuando.
Bloque a bloque
Compartir una idea visual durante 60 días.
Ese fue mi objetivo.
Así de simple (que no sencillo).
Eso me hizo desarrollar el hábito que 3 años más tarde me ha permitido ilustrar un libro (y camino a un segundo).
No desdeñes, en absoluto, el poder que tiene dar ese primer paso, por pequeño que te parezca.
Un recordatorio final
Todo aquello que vale la pena a largo plazo te requerirá un sacrificio a corto plazo.
Eso lo has de tener claro.
Lo “bueno” es que cuanto más refuerces un hábito, puedes llegar a amar ese sacrificio.
El tema del entrenamiento de fuerza es bastante recurrente por mi parte, pero recuerdo cuando hace unos meses me plantaba delante del rack de sentadillas y lo miraba con una mezcla de asco y temor.
Levantarse a las 6 de la mañana para entrenar no era, ni de lejos, mi plan favorito.
Hoy en día no concibo un día sin entrenar.
Ojo. Que sigue siendo un sacrificio de tres pares, eh.
Levantarse después de una noche complicada con la peque, ponerse ropa de entreno y salir de casa requiere una dosis extra de disciplina, pero una vez llego al gimnasio, se acaban las tonterías.
a mi ayuda mucho la regla de los 5 segundo para avanzar en tareas que no me gustan tanto o que suelo post poner
Muy motivador, paso a paso, un poco cada vez.